YA SEA AL MUDARSE A UN PISO NUEVO, PORQUE LA FAMILIA HA CRECIDO O MERAMENTE POR COMODIDAD, HOY LA COMPRA DE UN LAVAVAJILLAS FORMA PARTE, JUNTO CON LA DE LA NEVERA O EL MICROONDAS, DEL PRESUPUESTO EN ELECTRODOMÉSTICOS DE CUALQUIER HOGAR. LA AMPLIA GAMA EN LAVAVAJILLAS DE LA QUE LOS CONSUMIDORES PODEMOS DISFRUTAR A DÍA DE HOY, CON SU GRAN VARIEDAD DE DISEÑOS Y TAMAÑOS, LO PONE MUY FÁCIL Y, YA SEA PARA HOGARES UNIPERSONALES O PARA FAMILIAS NUMEROSAS, HAY UN TIPO DE LAVAVAJILLAS PARA CADA EXIGENCIA. ¿QUÉ CONVIENE MIRAR AL COMPRAR UN LAVAVAJILLAS? SIGUE LEYENDO Y DESCUBRE LAS CLAVES PARA SABER QUÉ LAVAVAJILLAS ELEGIR.
Es posible que alguna vez hayas podido escuchar lo “dura” que es el agua de una región. Este término se utiliza para hacer referencia a la dureza del agua, esto es, a la cantidad de minerales (sobretodo, de sales de magnesio y calcio) que contiene una determinada proporción de agua. Así, cuanto mayor sea la concentración de minerales, más dura será el agua y más cal generará. En el caso de las aguas blandas, la concentración de minerales es más reducida.
Las aguas duras son las que causan mayores problemas en el hogar. Más allá de las poco estéticas manchas de cal, el agua dura produce también que algunos electrodomésticos (como la lavadora o el lavavajillas) se estropeen antes o que el efecto de los jabones utilizados sea menor. No obstante, han ido apareciendo productos en el mercado para combatir sus efectos negativos.
La historia de este eficaz asistente se remonta a finales del siglo XIX, al momento de lucidez en el que una dama de la alta sociedad de Illinois, Estados Unidos, se pregunta si no sería posible encontrar otra manera de lavar su mejor vajilla tras los innumerables eventos sociales en su casa. Fue así como Josephine Cochrane, a la sazón nieta de John Fitch, el inventor del barco de vapor, se puso a trabajar en su idea hasta que en 1886 consigue patentar el primer lavaplatos de la historia, accionado a mano y equipado con una caldera de agua caliente. Este fue el origen de la empresa Garis-Cochran Dish-Washing Machine Company, más tarde KitchenAid. Su invento fue muy celebrado en el entorno gastronómico, sobre todo, desde que lo presentó en la Feria Universal de Chicago en 1893, aunque tardaría aún unas décadas en llegar al ámbito doméstico. No sería hasta los años setenta del siglo XX, a raíz de la bonanza económica y el progreso técnico, que el lavavajillas se convertiría en un elemento más de la cocina de la clase media estadounidense y, desde aquí, a todo el mundo occidental.
Por suerte ya no hay que activar el lavavajillas con una manivela. Entretanto, la tecnología de este aparato electromecánico ha mejorado tanto que hoy hay lavaplatos tan silenciosos que incluso dan sueño. Comprar un lavavajillas implica hacer un repaso de nuestras necesidades o prioridades. ¿Cuántas personas lo van a usar? ¿De cuánto espacio disponemos en la cocina? ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar? Junto a la eficiencia energética, estas son las preguntas más relevantes que cabe hacerse si piensas comprar un lavavajillas.
Sin ser el electrodoméstico que más energía consume, sí es verdad que, en conjunto, los aparatos domésticos son los causantes de más de la mitad de la factura anual de electricidad de los consumidores españoles. Esta razón es más que suficiente para consumir con responsabilidad, no solo por el bien de nuestros bolsillos, sino también del medioambiente. Presta atención al etiquetado del lavavajillas. Hoy en día, los aparatos más eficientes se clasifican en la clase A y sus variantes A+, A++ y A+++. Pequeños trucos cotidianos, como llenar el lavavajillas, limpiar el filtro con regularidad o utilizar programas cortos y a menor temperatura, favorecen el ahorro energético.
¿Qué lavavajillas elegir si vives solo? Y ¿si sois muchos en casa? Por fortuna, el mercado se ha ajustado al hogar moderno y en la mayoría de tiendas de electrodomésticos pueden encontrarse tipos diversos de lavavajillas que se diferencian por el número de servicios: un lavaplatos de entre 4 y 6 cubiertos es ideal para una o dos personas; uno de entre 7 y 11, para una familia pequeña (3-4 personas), y, si tiene capacidad para más de 12 cubiertos, es una solución para familias numerosas que también resulta apropiada para la hostelería.
Las cocinas modernas ya suelen diseñarse y montarse teniendo en cuenta el lavavajillas, cuyas medidas se han estandarizado. En este caso, el lavavajillas quedará integrado en el mobiliario de la cocina, creando el irresistible efecto de limpio de las cocinas de nuevo diseño. Pero no todas las casas son modernas y en muchas aún se utilizan cocinas de origen que no incluían este espacio por defecto. Cuando te decidas a comprar un lavavajillas, asegúrate de disponer de 45 o 60 centímetros de espacio para los más pequeños y los más grandes respectivamente. Asimismo, conviene que revises si será posible conectar el lavaplatos a una toma de luz y de agua. En una cocina nueva, probablemente ya se habrá tenido en cuenta y, con un poco de suerte, podrás montarlo tú mismo. Si no, no descartes recurrir a la ayuda de un especialista. En algunos casos, es la tienda misma la que ofrece ese servicio.
Una vez has tenido en cuenta estas consideraciones, ya solo te quedará acudir a tu filial más cercana y decidirte por el lavavajillas que mejor responda a tus necesidades. Entre las marcas más conocidas, están las clásicas, como Bosch, Balay o Siemens, u otras más económicas, como Haier o Beko, que no por eso dan peores resultados. ¿Cuál es el mejor lavavajillas? Ten claras tus prioridades y darás con el lavavajillas que necesitas.