¿Te has dado cuenta de que el lavavajillas no calienta el agua? ¿No hay rastro de vapor cuando un programa termina de funcionar? No es de extrañar que los platos no salgan limpios en esta situación. Sin embargo, no tienes que conformarte con unos resultados mediocres. Descubre las causas por las que tu lavavajillas no calienta el agua.
La manguera de suministro conecta el lavavajillas directamente con la entrada del grifo. Si sale poca agua del grifo, a menudo también se interrumpe el suministro de agua del lavavajillas. Como consecuencia, el lavavajillas no calienta el agua.
Haz una prueba: para ello necesitas un cubo, un vaso medidor, un reloj y una bayeta.
- Cierra el grifo y coloca el cubo debajo.
- Quita con cuidado la manguera de suministro del lavavajillas, pero ¡ten cuidado! Puede que siga saliendo agua. Por si acaso, ten preparada una bayeta.
- Coge el reloj y abre el grifo al máximo durante ocho segundos. A continuación, vuelve a cerrarlo.
- Con el vaso medidor comprueba ahora cuánta agua ha entrado en el cubo. Si la cantidad es inferior a 2,5 litros, todo indica a que hay un problema en el suministro de agua.
Pero ¿por qué ha cambiado la cantidad de agua suministrada? Puede deberse a tres razones:
- La presión del agua es demasiado baja
- El grifo tiene depósitos de cal
- La manguera está atascada
Si la presión del agua es inferior a la media, puede deberse a:
- La obstrucción del filtro del agua
- Un defecto técnico en la empresa suministradora de agua
- Dispositivos de ahorro de agua instalados en la tubería principal
¿Son la tubería principal o el filtro de agua las causas por las que el lavavajillas no caliente bien el agua? Solucionar este problema corresponde al propietario de la vivienda.
Si el grifo está obstruido debido a la cal, la capacidad de calentamiento de un lavavajillas se resiente. Por ello, es recomendable sustituir aquellos grifos con muchos depósitos de sal. Para cambiar el grifo:
- Cierra la llave principal.
- Abre y cierra el grifo varias veces. Si solo sale el agua que quedaba en el grifo, el suministro de agua se encuentra cortado.
- Con unos alicates (u otra herramienta adecuada), desenrosca la tuerca hasta que puedas aflojar el grifo viejo.
- Cambia el grifo viejo por uno nuevo.
- Fija el grifo nuevo con los alicates (o la herramienta que estuvieras utilizando).
- Abre el grifo. Si el agua sale en un caudal con potencia, el grifo se ha instalado correctamente.
Cuando el lavavajillas no calienta agua, aunque el grifo siga funcionando, hay que comprobar que la manguera no está obstruida ni doblada. Para averiguarlo:
- Enciende el lavavajillas.
- A continuación, examina la manguera de entrada situada debajo del fregadero. Tira de ella con cuidado para conocer su flexibilidad.
- Realiza movimientos suaves para poder deshacer dobleces u obstrucciones.
- Si encuentras resistencia, retira el lavavajillas hasta que puedas ver las mangueras. ¿Alguna de ellas está doblada u obstruida? Aflójala con cuidado.
¿Tanto las mangueras como el grifo están en perfectas condiciones? Entonces el problema de que el lavavajillas no caliente puede que se encuentre en el propio lavavajillas:
- Elementos calefactores defectuosos
- Motor de circulación roto
- Defectos en el módulo electrónico
Una mala limpieza del lavavajillas contribuye a un deterioro más avanzado. Tarde o temprano, la suciedad y los restos de comida afectan al electrodoméstico. Además, tienen un desagradable efecto secundario, este es, el mal olor del lavavajillas. No obstante, no te preocupes: con estos consejos podrás aprender a cómo librarte de los malos olores del lavavajillas y a cómo limpiarlo. Además, Somat Deo-Duo Perls puede ayudarte a neutralizar olores.